Thursday, November 25, 2010
El Peluquín de Silvio
Cierta matineé primaveral, el Peluquín de Silvio, harto de las continuas agresiones que la Engrampadora de la madre de éste le propinaba, y angustiado de ya no ser aquel famoso "Peluquín de la tele", decidió irse de la casa. Propúsoles a Peine y Gomina, sus dos mejores amigos, acompañarlo. Gomina no dudó un segundo y gritó: "¡Sí!". Peine no se animó.
El Peluquín de Silvio y Gomina idearon entonces el plan de fuga: iban a correr "con toda" hasta la puerta, abrirla y "rajar".
Una vez fuera, recorrieron las calles de la ciudad buscando aquel estudio de televisión que tanto añoraban. En una esquina se tomaron un "bondi" con las monedas que Silvio guardaba en su Peluquín por si alguna vez quería llamar a alguien desde la calle (Silvio no era muy apegado a la telefonía celular).
Al llegar a destino, quedaron perplejos. Habían convertido al estudio de televisión en una peluquería "fashion". El Peluquín de Silvio rompió en llanto y comenzó a flagelarse arrancándose algunos cabellos. Gomina intentaba detenerlo, pero claro, se le iba de sus resbalozas manos. Finalmente, en un último y desesperado intento de frenar a su amigo, Gomina se lanzó sobre el Peluquín de Silvio. El Peluquín de Silvio enloqueció, y comenzó a intentar soltarse de Gomina, que ahora rodeaba todo su cuerpo y lo aprisionaba pegajosamente.
Era en vano, cada vez que se movía, Gomina lo tomaba por otro lugar. Enrarecido en furia, el Peluquín de Silvio se dio cuenta que Gomina ofrecía poca resistencia a sus movimientos, y con demente vehemencia, embistió contra la puerta de la peluquería "fashion", perdiendo ambos el conocimiento.
Una luz brillante despierta ahora al Peluquín de Silvio. Gomina, a los gritos, intenta hacerlo reaccionar: "¡Despertá Peluquín! ¡Despertá! ¡Mirá donde estamos!"
El Peluquín de Silvio y Gomina están de nuevo en un estudio de televisión. Los pueden ver todas las noches, encima del pibe que está al lado de Sergio Lapegüe.
Colorín colorado.
El Peluquín de Silvio y Gomina idearon entonces el plan de fuga: iban a correr "con toda" hasta la puerta, abrirla y "rajar".
Una vez fuera, recorrieron las calles de la ciudad buscando aquel estudio de televisión que tanto añoraban. En una esquina se tomaron un "bondi" con las monedas que Silvio guardaba en su Peluquín por si alguna vez quería llamar a alguien desde la calle (Silvio no era muy apegado a la telefonía celular).
Al llegar a destino, quedaron perplejos. Habían convertido al estudio de televisión en una peluquería "fashion". El Peluquín de Silvio rompió en llanto y comenzó a flagelarse arrancándose algunos cabellos. Gomina intentaba detenerlo, pero claro, se le iba de sus resbalozas manos. Finalmente, en un último y desesperado intento de frenar a su amigo, Gomina se lanzó sobre el Peluquín de Silvio. El Peluquín de Silvio enloqueció, y comenzó a intentar soltarse de Gomina, que ahora rodeaba todo su cuerpo y lo aprisionaba pegajosamente.
Era en vano, cada vez que se movía, Gomina lo tomaba por otro lugar. Enrarecido en furia, el Peluquín de Silvio se dio cuenta que Gomina ofrecía poca resistencia a sus movimientos, y con demente vehemencia, embistió contra la puerta de la peluquería "fashion", perdiendo ambos el conocimiento.
Una luz brillante despierta ahora al Peluquín de Silvio. Gomina, a los gritos, intenta hacerlo reaccionar: "¡Despertá Peluquín! ¡Despertá! ¡Mirá donde estamos!"
El Peluquín de Silvio y Gomina están de nuevo en un estudio de televisión. Los pueden ver todas las noches, encima del pibe que está al lado de Sergio Lapegüe.
Colorín colorado.
