Friday, April 11, 2008

 

Celebro

Me encanta tener un cerebro.

Es de las cosas más fascinantes que tenemos, cada uno tiene el suyo, son todos diferentes y sin embargo a un montón de cosas reaccionan todos de la misma manera, o mejor aún, algunos reaccionan diferente... qué genial!

Además de servir para los cinco sentidos, el cerebro nos permite creer en ese sexto sentido que muchos creemos, en algún u otro momento, poseer (traigo a colación un caso muy sencillo que es llegar a la parada del colectivo justo cuando está llegando y pensar, entre todas esas cosas que pensás en ese momento, que en parte sos un groso por haber llegado justo).


Hablando el otro día con una conocida, me contaba que veía al cerebro como a un gran archivero, con cajones y en orden alfabético. Yo imagino a mi cerebro como algo más expedicional (si existe la palabra, y si no existe igual lo imagino así), es decir, un lugar en donde un mini-yo está metido (envuelto en ropas de expedicionario, a lo indiana jones pero con el gorrito duro que usa el personaje humano de los capítulos de la pantera rosa (no el tipito blanco) o de tom y jerry cuando están en la selva, generalmente montando (no sexualmente) un elefante, cierro paréntesis y ahora sigo.






Ahora sí: decía que veía a mi cerebro como un lugar en donde un mini-yo está metido y, muchas veces antorcha en mano, va descubriendo nuevos lugares, sube carnosas montañas de muchísimo relieve (el cerebro es relievoso, lo sabemos todos) y cada tanto llega a lugares huecos (por qué no?) en donde, casi como en un "elige tu propia aventura", te metés por un nuevo túnel con la intención de ver dónde llegás.


Cabe aclarar que cada nuevo descubrimiento se realiza en lugares llenos de colores (azul, amarillo, fúcsias, rojos, naranjas y verdes fluorescentes) y que alguna que otra vez el mini-yo llegó a un lugar que lo llevó a pensar (bastante matrixmente, anque un poco thetrumanshowiano también) si en realidad no era todo una farsa y era el cerebro el que generaba cada cosa que creía que me estaba pasando, casa cosa que tocaba, cada persona con la que hablaba, cada cosa que le pasaba a esa persona, etc etc etcétera.... momento de mierda que no se lo recomiendo a nadie, porque te asustás un poco.


Pero no nos pongamos tristes que el cerebro es un buena onda total.



Y ni siquiera hablamos todavía de esa parte del cerebro que nos hace soñar noche a noche con historias increíbles y a veces tan creíbles que creemos que pasaron en la realidad. Y ni hablar de que por ahí la realidad es la de los sueños y la que vivimos es el alterego de esa realidad, que ya no sería tan real... pero ahí entramos en un tema protofilosofal que a pesar de creerme totalmente capaz de discutir, ahora no tengo muchas ganas, ni nadie con quien discutirlo, básicamente porque estoy escribiendo solo.
En todo caso manden sus cartas con las etiquetas de cif azul y 4 subtepass de 5 viajes y lo charlamos.


Corte para pegar con lo que viene... volvemos en 3!


2!




(1)




Así que Cerebro, este es mi humildísimo espacio dedicativo hacia tí.
Espero te guste mucho, lo hice con todo el cariño del mundo pero como vos ya sabés (no te voy a decir a vos cómo hago yo las cosas!) me aburre escribir tanto y enseguida me disperso y pienso en otras cosas y empiezo a escribir como si estuviese hablando y por ejemplo escribo muchas veces la "y" griega... la ýfilis, como le decían en Turquía, porque un día los griegos llegaron a Turquía y se armó la gorda, que rifle en mano escapó a la Rusia Stalineska, y después la contrataron para tirar el carrito de bebé por las escaleras en la película Oktubre.


Que grande la gorda haciendo cine.




Así que para vos Cerebro y para vos gorda armada (y para todos uds también), acá les dejo dos imágenes del Cerebro.

Salút!!






(sabés qué?, mejor ponele muzzarella...





pará pará, dice papá que le pongas mucha hellmans)









Comments:
Cada día mejor!
 
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