Tuesday, January 08, 2008
Un clásico, por los viejos tiempos.
San Lorenzo - Huracán...
Y sí, un clásico barrial, como la panadería vs. verdulería vs. carnicería, en un triangular apasionante que ya tuvo su primer víctima, la galletitería, que ahora juega en prima b con zapatería y mercería. Mercería que, para orgullo de sus simpatizantes, viene haciendo una campaña noble teniendo en cuenta su reciente acenso a la divisional de segunda luego de su camaleónica victoria frente a las relojerías, que siguen en búsqueda de lograr el tan ansiado título.
El kiosco ya se encuentra en Londres para disputar la final intermundial frente a los epilépticos de plutón, que hace poco lograron que su mundo entre a la liguilla de planetas.
La próxima semana se celebra el quintuagesimoséptimo, (palabra ultradrújula, por empezar con q y tener acento en una de sus 'e') aniversario de la conquista de Salomón catorce (el nunca fue amante de los números, mucho menos de los romanos, aunque en esa lista caían los milaneses y checos también). Salomón catorce, como todos habrán estudiado para hoy, fue el conquistador de "El Reventón", sito en plaza Once, donde cuentan las leyendas y datan los documentos de aquella época, el "chochamu" (como cierto grupo de amantes del musgo y sus derivados recuerdan que le decían a Salomón catorce) se iba noche a noche con no menos (y muchas veces no más tampoco) de entre 4 y 5 delfines de jardín, entre los cuales a veces se colaba alguna que otra orca traviesa, según cuentan los foráneos que nunca oyeron hablar de Salomón catorce.
Así que nada, la próxima vez que piensen en un clásico, pueden pensar en el número 14 con Pedernera en la tapa, tomandose un campari de frutilla y limón, que luego de unas 2 semanas le cayó un poco mal y tuvieron que extirparle el escudo de Banfield, que tenía colgado de chiquito en la pantorrilla derecha....
... que suerte, porque él era de Lanús.
Hasta la próxima estimulación tecleana.
Y chingolonística también.
por qué no
Y sí, un clásico barrial, como la panadería vs. verdulería vs. carnicería, en un triangular apasionante que ya tuvo su primer víctima, la galletitería, que ahora juega en prima b con zapatería y mercería. Mercería que, para orgullo de sus simpatizantes, viene haciendo una campaña noble teniendo en cuenta su reciente acenso a la divisional de segunda luego de su camaleónica victoria frente a las relojerías, que siguen en búsqueda de lograr el tan ansiado título.
El kiosco ya se encuentra en Londres para disputar la final intermundial frente a los epilépticos de plutón, que hace poco lograron que su mundo entre a la liguilla de planetas.
La próxima semana se celebra el quintuagesimoséptimo, (palabra ultradrújula, por empezar con q y tener acento en una de sus 'e') aniversario de la conquista de Salomón catorce (el nunca fue amante de los números, mucho menos de los romanos, aunque en esa lista caían los milaneses y checos también). Salomón catorce, como todos habrán estudiado para hoy, fue el conquistador de "El Reventón", sito en plaza Once, donde cuentan las leyendas y datan los documentos de aquella época, el "chochamu" (como cierto grupo de amantes del musgo y sus derivados recuerdan que le decían a Salomón catorce) se iba noche a noche con no menos (y muchas veces no más tampoco) de entre 4 y 5 delfines de jardín, entre los cuales a veces se colaba alguna que otra orca traviesa, según cuentan los foráneos que nunca oyeron hablar de Salomón catorce.
Así que nada, la próxima vez que piensen en un clásico, pueden pensar en el número 14 con Pedernera en la tapa, tomandose un campari de frutilla y limón, que luego de unas 2 semanas le cayó un poco mal y tuvieron que extirparle el escudo de Banfield, que tenía colgado de chiquito en la pantorrilla derecha....
... que suerte, porque él era de Lanús.
Hasta la próxima estimulación tecleana.
Y chingolonística también.
por qué no